Denuncian a la Fundación Santo Domingo por colocación de alambres de Puas en calle de la Urbanización Ciudad de Bicentenario

La comunidad de la manzana 72 de este proyecto habitacional señala que de manera sorpresiva, el pasado jueves 08 de julio, personas contratadas por la Fundación Santo Domingo cercaron con este tipo de material peligroso un lote que colinda con una de las calles, y que es el único espacio que tienen los menores de edad para jugar.
Ante este hecho, los vecinos vienen expresando su preocupación, debido al daño físico que se están haciendo los infantes al intentar llegar hasta el mencionado lote para jugar.
“Es absurdo cercar con alambre de púa un pedazo de tierra para evitar que una comunidad en desventaja, víctimas del conflicto armado y empobrecidos, no accedan al territorio a ejercer ciudadanía desde el arte, la cultura, el deporte y el relacionamiento comunitario”, señalan varios miembros de la comunidad, quienes han sido testigo de los cortes en cuellos y brazos que han sufrido los menores de edad.
Esto es un mensaje racista, discriminador y egoísta que contrasta con la literatura social y caritativa planteada en el brochure de la Fundación Santo Domingo. No existe un solo escenario idóneo para el fortalecimiento del arte y la cultura, tampoco para el deporte, deberían comenzar a invertir en la construcción de esos equipamientos, reiteran los miembros de la comunidad.
“No tiene lógica su propuesta de construir comunidades sustentables cuando la prioridad en su agenda es la acumulación de la tierra con miras a la edificación de proyectos habitacionales dónde el equipamiento social queda como un tema subsidiario y la cohesión social no es importante porque se divide el movimiento comunitario para instrumentalizar a ciertos liderazgos y silenciar a quienes plantean otras posturas”, expresan al sentir que esta es otra acción que atenta contra la comunidad.
Los residentes en la Urbanización Ciudad de Bicentenario vienen exigiendo a la Fundación Santo Domingo un diálogo transparente para generar confianza, y que no les envíen hombres armados para amedrentar a los niños cuando se acercan con un balón a el lote que está ubicado frente a sus casas.