La comunicación y su fuerza

Por: Felipe García Cárcamo
Ha sido Jurgen Habermas quien dejo claro dos tipos de producción de poder (estado), que se encuentran en contradicción: una es la producción del poder comunicativo, por medio de las causas del discurso racional institucionalizado y la otra producción de poder por una administración en ligazón con la estructura inmersa en el habla (derecho). La verdad es que este poder comunicativo, que crea el derecho, se da cuando las decisiones de la razón se prueban o mejor se verifican en el discurso, sin que el sistema político deje sin fuerza o vigor los fundamentos políticos de la comunicación. Por lo que da una relación circular entre derecho y poder.
Y como esa relación circular entre poder y derecho debe afirmar que mientras se quiera mantener la racionalidad y la legitimidad del derecho y del estado, debe presuponer sin discusión que tanto el estado y el derecho deben ser instrumentos de una justicia real y material.
Es cierto que no existen normas de naturaleza garantista que frenen la manipulación por el poder, o sea de quienes tienen la facultad de realizar el poder del estado en la elaboración de la ley, de los nortes y senderos de validez del derecho como institución, por eso si bien es cierto en Cartagena ciudad derecho podemos palpar la lógica que debe darse en la utilidad del poder para que mediante el derecho podamos tener justicia ya hoy por lo menos en menos de seis meses de gobierno, los cartageneros vemos maquinaria amarilla en nuestras calles.
Como síntesis, queda constancia, de que ese poder se considera legal y en forma racional asimilar, solo por quien comparta los postulados de la ética del discurso que en forma general no se obedece. Pues bien: se rompe entonces la circularidad entre legalidad y legitimidad entre derecho y poder y fluye a la luz, el hecho que el derecho le es inherente el átomo de la moralidad que está por encima a cualquier poder y le pone condiciones a la legitimidad. La verdad debe ser el objetivo de la comunicación jurídica con el fin de que los ciudadanos puedan reivindicar sus acciones y que el Gobierno de Dumek Turbay comience a construir credibilidad. Podemos decir que saber comunicar legítima las acciones que nos permite el poder actuando en derecho.
Son posibles los juicios morales racionales fundamentales, apoyados sobre la base de valorar el efecto del vínculo de los presupuestos de la comunicación, por lo que para el alcalde Turbay, el derecho es justicia plena materializada por el estado. Debe tenerse presente, además que nuestro alcalde desarrolla lo que se denomina el racionalismo, desde el prisma de la visión de la acción comunicativa que nos guía de distintas formas de racionalidad social.
La racionalidad es aquello que deviene de una norma existente y se puede justificar su acción o conducta frente a cualquiera que critique, en cuanto explica un supuesto dado teniendo en cuenta al día legítima regulaciones de la conducta humana.
En esta columna de opinión dejamos plasmado nuestro pensamiento sobre la responsabilidad que tenemos los ciudadanos de interpretar lo que es una Ciudad de Derechos, para reclamarlos con respeto, para que la libertad de expresión sea valorada pero que el fundamento y los argumentos nos permitan llevar debates con altura frente a la interpretación de los problemas sociales y podamos mostrarnos como ciudadanos educados que sabemos comunicar.